El próximo 8 de agosto, fecha en que se cumplirá un año del rapto de María Bárbara Reyes Muñiz, en el Estado de México, los familiares de la adolescente informaron que iniciarán una huelga de hambre ante las instalaciones de la empresa de telefonía Iusacell, a la cual en 14 ocasiones han solicitado apoyo para rastrear el teléfono de la menor, “sin obtener respuesta satisfactoria”.
Con esta acción, aseguró Alejandro Reyes, padre de la joven, se pretende presionar a la empresa de telefonía para que coadyuve en las investigaciones para la localización de Bárbara, ya que a través de su celular fue engañada para que abandonara su vivienda, en Cuautitlán Izcalli, y también a través de éste los secuestradores iniciaron negociaciones con la familia para su liberación, mismas que se cancelaron días después sin que, hasta la fecha, se tengan nuevos indicios sobre su paradero.
En la huelga de hambre, además, se presentará el pliego petitorio del grupo Ayuda a Barbie, a través del cual familiares y amigos realizan acciones para la búsqueda de la joven (que se presume es víctima, en la actualidad, de una red de trata), documento en el cual exigen al presidente Calderón y al gobernador Eruviel Ávila su compromiso para la búsqueda no sólo de Bárbara, sino también de otros 15 jóvenes “separados de sus familias de manera violenta”, mientras que al presidente electo, Enrique Peña Nieto, le demandan “crear una verdadera fiscalía especializada federal, autónoma, para cubrir y atender delitos de secuestro, extorsión y trata de personas”.
Al próximo titular del Ejecutivo federal, así como a los partidos y sus legisladores, los familiares de Bárbara les exigen, también, “coadyuvar en la modificación de la ley de comunicaciones, para exigir a las compañías telefónicas la entrega de información requerida en casos de secuestro, extorsión y trata de personas, en un plazo no mayor a cuatro horas, para poder realizar investigaciones de inteligencia cibernética, sin recurrir a mercados negros para obtener esta información”.
María Bárbara
“Mi nena”…
El 8 de agosto de 2011, entre el mediodía y las 18:00 horas, María Bárbara, de 16 años, salió de su hogar, en Cuautitlán Izcalli, sin motivo aparente y, ese mismo día, a través de un mensaje de texto enviado desde su teléfono celular, sus padres recibieron el reclamo de un pago económico para devolverla con vida.
Horas más tarde, por la misma vía, los captores advirtieron a los papás de la niña que estaban vigilándolos y que, para apurar la transacción, debían llevar los autos familiares al estado de Querétaro.
“Nosotros nos negamos –narra Alejandro, el papá de María Bárbara–, porque no teníamos los papeles de los autos, estaban hipotecados, no era viable pagarles con ellos y, a partir de ese momento, la comunicación se rompió”.
En octubre pasado, la familia de María Bárbara recibió dos correos electrónicos, en los cuales se les advertía que estaban bajo observación y que era mejor que abandonaran el Estado de México, donde, afirma Alejandro, “todas las instancias han actuado con lentitud y, aunque se ha investigado, ningún resultado productivo ha sido alcanzado”.
Y la “insensibilidad” con los casos de personas desaparecidas, afirma, no acaba en las oficinas de gobierno. “La empresa de telefonía Iusacell, por ejemplo, se ha negado a apoyarnos en la localización del teléfono de mi hija, aunque tiene la plataforma tecnológica para hacerlo; en tanto que la empresa de vigilancia contratada por Wal-Mart tardó más de un mes en entregarnos un video, con el que se esperaba verificar si ella había estado en las inmediaciones de esa tienda”.
María Bárbara Reyes Muñiz tiene 17 años, su complexión es delgada, mide 1.70 metros y su tez es blanca. “Mi nena es realmente bella… es una buena chica… estudia la prepartoria y tiene muchos amigos… era una niña feliz, que no hacía nada malo”.
Cualquier dato que ayude a su localización puede ser proporcionado a través de la cuenta de Facebook Ayuda a Barbie (http://www.facebook.com/AyudaABarbie).
