modalidades y tipos de secuestro.

Tipos de Secuestro

La palabra secuestro (viene del latín “sequestrare” o “sequestrum”, que significa: alejar a una persona o cosa de un lugar, sustraerla de un lugar. El verbo se deriva del adverbio y preposición “secus”, que significa “lejos” o “a lo largo de”) y en los últimos años en México se ha convertido en una de las palabras más comunes y temidas dentro del vocabulario de la sociedad.

Así, el secuestro es considerado como uno de los delitos que más lastima a  las familias en México. Estas prácticas ha tenido “un auge” en el accionar de la criminalidad con el fin de obtener “dinero fácil”. Los grupos delincuenciales además de cometer otros delitos como robo, contrabando, tráfico de armas y estupefacientes con la práctica de esta agresión obtienen altas ganancias económicas colocándolo como uno de los crímenes  más preferidos por las mafias  delictivas.
Desafortunadamente el secuestro cuenta con varios tipos que van desde:

• Secuestro express
• Secuestro extorsivo (puede ser económico o político)
• Secuestro simple
• Secuestro virtual.

Entre otras variantes que han colocado a nuestro país en el primer lugar respecto a la práctica de este lamentable crimen.
Según datos proporcionados por la Organización Civil mexicana Consejo para la Ley y los Derechos Humanos (CLDH), en México se cometen actualmente a diario 45 secuestros, durante el 2010 se cometían 37 cada 24 horas.

Según la misma organización en 2007 fueron registrados 731 secuestros, en 2008 la cifra (según CLDH) se disparó hasta nueve mil 855 casos, y en 2009 alcanzó la nada envidiable cantidad de 11 mil 680 secuestros, es decir 32 al día y ya para 2010 la cifra se elevó a 13 mil 505 casos, 37 diarios.
De entre estas cifras tan alarmantes, destacan (no por ser más importantes que aquellos que aunque sin ser famosas, también han padecido el secuestro),  los casos de personas con cierta relevancia pública dentro de la vida nacional del país.
Secuestros como el de:

• Diego Fernández,
• El banquero Alfredo Harp Helú en 1994
• Ernestina Sodi y Laura Zapata en 2002
• El empresario Hugo Alberto Wallace en el 2005
• La hija del ex director de la CONADE, Nelson Vargas, Silvia Vargas Escalante en el 2007
• Alejandro Martí de 14 años en el 2008, hijo este del empresario Alejandro Martí.
• Entrenador de futbol Omar Romano
• El hijo del cantante Vicente Fernández, Vicente Fernández hijo. 

Otros secuestradores “famosos” han sido: Daniel Arizmendi (El Mochaorejas), detenido en 1998; Adrian Arizmendi Suárez, sobrino del “Mochaorejas”; Andrés Caletri, encarcelado en el 25 de febrero de 1999.
También los hay aquellos secuestradores que organizados en bandas adquieren nombres como: Los Bombón, Los Chiquitines, Los Zopilotes, Los Gaseros, los de la Punta Norte, Los Japos, que se valían de “artes marciales” para someter a sus víctimas y Los Jeremías.

Los expertos han observado que estos secuestradores, siguen ciertos mecanismos de operación en común: Interceptan al prospecto para el secuestro, utilizan  medios violentos para  introducir a la fuerza en un  vehículo sus víctimas, cambian al prisionero a varios automóviles diferentes, con la finalidad de despistar a las autoridades, golpean y amedrentan al secuestrado durante el trayecto, amordazan y  atan las manos y los pies de las víctimas  y les  vendan los ojos con el objeto de lograr la confusión para luego llevar al secuestrado a un lugar deshabitado cuyas  ventanas estén cubiertas para evitar el paso de la luz del día, evitando con ello  que el   secuestrado pueda saber  si es de día o de noche, esto para provocarle al secuestrado mayor  confusión.  Obligan a la víctima  a escribir cartas a sus familiares pidiéndoles la entrega del rescate  exigido por ellos, e inician las  negociaciones con la familia y las autoridades, para obtener la cantidad de dinero exigida, lograr la libertad de compañeros y la inmunidad en la huida.
Todos estos, son elementos que les han permitido a otros secuestradores y a nuevas bandas delictivas dedicadas a ejercer el delito del secuestro, a seguir operando de manera impune y que su “negocio” prolifere de manera impune y verdaderamente preocupante ante la incapacidad de las autoridades para frenarlo.

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