Desaparecidos: Heridas expuestas
Fuente: César Gaytán
30 agosto 2012
En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, historias como la de Lourdes siguen causando dolor
Esperanza. Familiares siguen marchando ante la indolencia de las autoridades de atender sus casos. Fotos: Vanguardia-Archivo
Fuente: César Gaytán
30 agosto 2012
En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, historias como la de Lourdes siguen causando dolor
Esperanza. Familiares siguen marchando ante la indolencia de las autoridades de atender sus casos. Fotos: Vanguardia-Archivo
Saltillo.- Es mentira que el tiempo sana las heridas, pronuncia Lourdes Herrera de Acosta, con un tono dulce que intenta no romperse. Hoy hace tres años y un día que no sabe de su hijo, su esposo, ni sus dos cuñados, y el hueco –casi– insoportable que anida en su pecho, duele como si recién se enterada de su desaparición.
Ella está en su casa, en su habitación, mientras en el cuarto de al lado la esperan su hija y su madre. Es por ellas que durante su relato repite varias veces, que no tiene derechos a llorar, ni a ponerse triste, ni dejarse caer. Por el auricular del teléfono donde habla se escapan los nombres de Brandon, su pequeño, y Esteban, su marido. También se ha prometido ser fuerte por ellos.
En su plática recuerda ese funesto sábado 29 de agosto de 2009. De haber mirado algún reloj cuando los despedía con la bendición y un beso, las manecillas rondarían las 6:30 horas. De alguna manera ha intentado que el tiempo se detenga en ese momento, al menos en su memoria, pero no sirve. Como quiera los ve partir, y continúa la esperanza de verlos volver... y hasta ahí.
Lulu cuenta que se dirigían al aeropuerto internacional de Monterrey para que el hermano de Esteban tomara un vuelo hacia Estados Unidos, donde vive con toda su familia. Ella esperaba que él y su hijo de ocho años estuvieran de regreso para el mediodía.
“(Brandon) Me dijo, te vamos a hablar para que sepas en donde vamos”, suelta. Pero eso nunca paso. Al pasar las 14:00 horas y no recibir noticias se preocupó. Más tarde la esposa de su cuñado llamaría para decir que no había tomado el vuelo.
Al recurrir a la policía para pedir ayuda, por su mente cruzaba que un accidente los había demorado. “Por qué me haces esto, por qué, tú conoces bien la carretera, manejas bien”, le reclama en silencio a Esteban. Minutos más tarde, los oficiales le informarían que cerca de las 7:30 horas recibieron una llamada en el sistema de emergencia.
Aunque hubo testigos en la carretera, los reportes no especificaban si se trataba de un accidente, un robo, un secuestro. La conclusión se dio por si sola cuando no hubo más que hacer. Ahí se fueron los ojos cafés de Brandon, que hoy debería tener 11 años, la sonrisa grande de Esteban, que hoy tendría 37, y los dos cuñados apenas menores que él.
¿Qué ha pasado desde entonces? Las denuncias se interpusieron ante la Procuraduría General del Estado y la Procuraduría General de la República delegación estatal. ¿Resultados? Nada. No hay avances en las investigaciones, ni una sola pista. Se ha dicho que hay acuerdos y convenios entre las autoridades, pero no han dado frutos. ¿Qué hacer?, se pregunta: caminar, siempre caminar y no terminar la búsqueda, porque de un modo u otro, sabe los encontrará.
CICATRICES
230 desaparecidos tenía documentado FUUNDEC hasta diciembre de 2011.
72 desapariciones solo en ese año
48 personas desaparecieron en el 2010
97 fueron desaparecidos en el 2009